En los años de su invención, en el siglo XIX, la fotografía fue recibida como la máxima expresión de objetividad y veracidad. Hoy, sin embargo, hemos aprendido a no confundir su realismo con su valor de verdad… pero la seguimos utilizando como documento de lo real. ¿Cómo entender, entonces, el valor documental de la fotografía?
Esa es precisamente la pregunta que la antropóloga Valeria Biffi busca responder en sus clases del Diploma de Antropología Visual del Centro de la Imagen. “Las ciencias sociales han asumido, hace ya tiempo, que mucha de la información que tienen a su alcance es visual.
Es por eso que se ha incorporado a la fotografía en la investigación social”, explica. Esa incorporación requiere, sin embargo, de “un marco teórico que permita establecer los alcances y las limitaciones de la fotografía como documento”. A través de lecturas, discusiones y análisis de imágenes, Valeria guía a sus alumnos en una serie de reflexiones que terminan en la elaboración de una investigación de carácter social elaborada a partir de fotografías.
Hambruna en Sudán, marzo de 1993. Foto: Kevin Carter.
Uno de los primeros pasos es entender los límites de la representación. Para ello, Valeria echa mano de imágenes como la famosa fotografía con la que el sudafricano Kevin Carter resumió la tragedia de la hambruna en Sudán a inicios de los años 90 (y que le valió un premio Pulitzer).
“Aquí, lo importante es reconocer no solo lo que se ve en el encuadre de la imagen, sino también aquello que el propio encuadre deja de lado”, explica Valeria. ¿Había alguien más en los alrededores? ¿La madre del niño estaba cerca? ¿Había algún puesto de ayuda humanitaria en las inmediaciones? ¿Qué hizo el fotógrafo después de hacer la toma? En suma ¿cómo termina la historia que nos cuenta esta estremecedora imagen? Todas estas preguntas apuntan a establecer el contexto en el que se dio la escena y a incorporar esa información en la interpretación de la imagen.
Selfie de ministros durante discurso de Ollanta Humala, 29 de julio de 2015. Foto: Dante Piaggio, diario El Comercio.
Pero hay más. Es necesario también tomar en cuenta el uso que hacemos de las imágenes fotográficas. Un ejemplo que permite poner esto en perspectiva es el de esta fotografía de la presentación de uno de los gabinetes ministeriales del gobierno de Ollanta Humala. En ella asistimos a un momento, “una foto de una foto”, como lo describe Valeria, que sugiere muchas cosas acerca del gobierno de Humala: el presidente habla y nadie parece estar pendiente de lo que dice.
Es más, muchos de los nuevos ministros están ocupados en retratarse para la ocasión antes que en escucharlo, lo que sugiere no solo cierta frivolidad en el modo en que asumen sus cargos, sino que da la impresión de que el presidente carece de autoridad, de que está solo en el poder. Pero estamos claramente ante el retrato de un instante que, por más elocuente que parezca, es incapaz en sí mismo de explicar una situación política compleja. Y, sin embargo, es una imagen que, al ser publicada en la prensa, se convierte en un elemento más del juego político y que, por lo tanto, puede tener consecuencias sobre la opinión pública.
“Son muchas las maneras en que se puede utilizar la fotografía en la investigación social. Se puede utilizar la fotografía para la investigación histórica, inclusive cuando la historia no está necesariamente contenida en la fotografía”, explica Valeria, en alusión a esta fotografía de Sebastián Rodríguez que permite ahondar en la comprensión de temas clásicos de las ciencias sociales, como las transformaciones por las que pasa la sociedad andina cuando los campesinos se convierten en mineros, por ejemplo.
“Se puede utilizar la fotografía para entender cómo es que las personas se perciben o buscan ser percibidas en el entramado social o ir más allá y trabajar de manera participativa en la revisión de álbumes familiares, lo que ofrece valiosa información sobre la intimidad y sirve de disparador para la reconstrucción de la memoria” añade Valeria.
Horario: martes 7-10 p.m. del 12 de abril al 21 de junio. Costo: S/.1600 o dos cuotas de S/.850. Inscríbete aquí
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