Musuk Nolte: “La idea del I Premio de fotolibros es generar vínculos entre fotógrafos nacionales y extranjeros”

Por: Oman Morí

Las exposiciones siempre han sido la manera habitual de mostrar una obra por parte de un artista o fotógrafo. Por un periodo corto de tiempo, el público puede ver las obras montadas en las paredes de una galería y adquirirlas a precios no aptos para aficionados. No obstante, desde hace un tiempo ya, el formato del fotolibro ha captado la atención debido a su portabilidad, poder de divulgación, y fácil acceso en términos económicos. Este soporte permite que el fotógrafo elabore una narrativa y un orden distintos al habitual en las paredes, en donde también es posible mostrar los trabajos sin límite en el número de imágenes.

Con el afán de divulgar, formar vínculos, y potenciar el desarrollo del fotolibro en el Perú, el Centro de la Imagen presenta este año la feria TINTA y la primera edición del Premio de Fotolibros del Centro de la Imagen.

TINTA será un espacio dedicado enteramente a los fotolibros, y hará su debut este año dentro de Lima Photo (que se realizará en agosto). Además, se aprovechará este evento para anunciar al ganador y a los finalistas del I Premio de Fotolibros del Centro de la Imagen.

A puertas de su primera edición, entrevistamos al curador de TINTA, el fotógrafo peruano Musuk Nolte.


I Feria de fotolibros TINTA. Instagram: @tinta.pe

La feria dentro de la feria

“Con el Centro de la Imagen tuvimos la idea de generar un espacio editorial que sirva como plataforma de difusión, de exhibición, y de diálogo acerca del fotolibro”, comenta Musuk Nolte sobre la iniciativa. “La idea también surge debido a que en la feria Lima Photo existía un espacio editorial, pero no había una curaduría ni una programación dedicada al fotolibro”.

Lima Photo, la feria internacional de galerías de fotografía, será el punto de partida para TINTA, escenario que contará con la presencia de fotógrafos, editores y editoriales dedicadas a este formato. “La idea para esta primera edición es contar con la presencia de editoriales extranjeras, para que se encuentren, formen vínculos, y compartan experiencias con autores locales. Con estas estrategias de autoedición, editores y fotógrafos encontrarán salidas para crear sus propias editoriales y editar a otros autores, adoptando así un sistema de producción que sea sostenible y que posea una identidad única”, comenta Nolte.

Con los objetivos claros, la organización decidió luego dotar de un nombre distintivo a este espacio para que goce de autonomía, y para que, en el futuro, se puedan hacer eventos y ferias de TINTA fuera del contexto de Lima Photo.


TINTA formará parte de la feria de galerías de fotografía Lima Photo 2019 (Foto: Gestión)

Premio de Fotolibros Centro de la Imagen

Dentro del marco de TINTA, se realizará además el I Premio de Fotolibros Centro de la Imagen, cuyas postulaciones están abiertas hasta el 15 de agosto de este año. Durante el tiempo que dura abierta la convocatoria, autores de cualquier nacionalidad pueden enviar fotolibros, pertenecientes a una editorial o autoeditados, y que hayan sido realizados entre el 2016 y el 2019. “Por ser la primera edición, las bases son bastante generales, se pedirán libros de los dos últimos años. Sin embargo, la idea es que esto cambie en las futuras ediciones, convirtiéndolo en un premio anual”.

Las bases, además, mencionan que lo esencial es que haya un equilibrio entre el contenido, la forma, y la producción”, menciona Musuk. El jurado, por su parte, estará compuesto por tres profesionales de la fotografía, la edición, y el arte.

“El jurado estará compuesto por la reconocida fotógrafa chilena Paz Errázuriz; por la artista plástica y fotógrafa peruana Milagros de la Torre y por un artista local por definir”, explica Nolte. Asimismo, el concurso contará con un jurado previo que escogerá a los finalistas que pasarán a la revisión final de los tres jueces mencionados. “A veces cuando un jurado tiene poco tiempo para revisar un promedio de 100 libros, que es lo que esperamos convocar, no hay profundidad. Por eso es interesante tener una lectura previa”, detalla.


La fotógrafa chilena Paz Errázuriz será parte del jurado en “Tinta”. (Foto: Carla Mackay)

Igualmente, Musuk indica que esta iniciativa está en proceso de experimentación, en donde se evaluará la capacidad de convocatoria, así como la temática para poder adaptar satisfactoriamente este formato al mercado local. “Todo esto es una especie de experimento aún, la idea es tratar de generar un público orientado a la imagen impresa, que tal vez no se sienten interesados por la feria de galerías que es Lima Photo pero sí por nuestro espacio editorial”.

Editoriales internacionales

En resumen, “Tinta” será un espacio editorial ubicado en la feria Lima Photo y estará conformado por el Premio de Fotolibros del Centro de la Imagen y la feria de fotolibros. Dentro de la feria, recibirá como invitados a las editoriales mexicanas Gato Negro e Inframundo. “Sentimos que están publicando libros de manera muy interesante y que tienen mucho que enseñar a los jóvenes fotógrafos o a otras editoriales locales. Son editoriales que han encontrado la formula para subsistir en el tiempo, haciendo publicaciones de gran nivel. Contar esta experiencia va a ser enriquecedor para el contexto local”, indica el curador.

“Gato Negro parte de la risografía como recurso, es una plataforma experimental que también trabaja con textos o manifiestos artísticos. Es una de las pocas experiencias editoriales con éxito en términos de venta, algo que les permite seguir editando y produciendo”.

Asimismo, la invitación ha sido abierta a editoriales independientes de la región, incluyendo países como Chile, Argentina, Uruguay, y Colombia.


Gato Negro, una de las editoriales extranjeras presentes en la feria. (Foto: Gato Negro)

“La idea de las colaboraciones parte de una reflexión propia al haber viajado a otros encuentros o festivales, en dónde percibí la posibilidad de vinculación. Cuando viajamos con nuestros libros editados a través de KWY, ya sea a Brasil o Argentina, mostramos nuestro contenido al público, pero también intercambiamos ideas con otros editores”, sostiene Nolte.

Por parte del Perú, estarán presentes la mayoría de editoriales locales, y editoriales de libros de artistas como KWY (en donde Musuk Nolte es uno de los fundadores), Cortabolas de Roberto Cáceres, o la editorial cusqueña Impresiones Choqechaka, entre otras.

Asimismo, se habilitarán dos espacios dirigidos a las autoediciones, los fanzines, y los colectivos de fotografía, tales como Maldeojo, Recontrapai, o Nada Colectivo. “Esos espacios generan un estímulo y un incentivo para la producción. Es por ello que nos interesamos en las editoriales pero también  en los colectivos de fotografía y en las autoediciones”, detalla Nolte.

Junto a la presencia de estas iniciativas se ofrecerán conferencias sobre como funcionan metodológicamente estos proyectos editoriales independientes. “Por un lado está la idea de tener libros a la venta para su difusión, pero por otro lado la gente estará ahí para conversar con los editores que han encontrado métodos de autoedición, esa es la idea principal de la plataforma”.


"O-zine", propuesta editorial formada por un colectivo de tres fotógrafos peruanos.

El fotolibro en la actualidad

Musuk Nolte sostiene que los estudiantes están pensando cada vez más en el fotolibro como una salida a sus proyectos, algo que antes no percibía. No obstante, “eso aun está en una situación expectante, en dónde no se sabe si el interés por el fotolibro es una moda pasajera o una tendencia que va a permanecer”, indica Nolte. “Como institución, el Centro de la Imagen está buscando ofrecer desde la feria una plataforma de visibilidad a todos esos proyectos que terminan siendo una maqueta al final del ciclo, tratándoles de dar una viabilidad de salida. Es por eso que la feria en su primera edición gira en torno a la autoedición”, sostiene.

Por otro lado, más allá del contexto peruano, “en una coyuntura global, el fotolibro está siendo pensado como un instrumento o herramienta para poder traducir un proyecto fotográfico y trascender al espacio expositivo de pared”.

Cabe resaltar que para el curador no existe ni ha habido una especie de estudio o investigación sobre la producción de fotolibros en el país, algo que sí se ha hecho en otros países latinoamericanos: una especie de línea de tiempo de la producción. “No hay nadie que se haya encargado de esa investigación, los libros que hay sobre fotolibros latinoamericanos han tratado de manera superficial a la producción peruana, en donde muchos proyectos interesantes no se han considerado”.

Respecto a sus métodos de ventas, Musuk afirma que esto aún es un tema incipiente en términos locales. “Las ventas son siempre un tema interesante para tocar. Con KWY siempre teníamos la idea de que el libro debía hacerse tal y cómo lo imaginábamos. A veces eso nos traía problemas de viabilidad, ya que las posibilidades de que alguien adquiera el libro disminuían al tener un costoso proceso de producción. Es interesante buscar una salida en base a las limitaciones económicas, apoyamos la idea de que el autor replantee su proyecto para que la viabilidad económica no sea una limitación a la hora de venderlo”.

 


Editorial KWY (Foto: Memorial de Julián Barón)

Otro tema que va de la mano con la venta son los canales de difusión de los proyectos editoriales. “A veces parece que hacemos libros para fotógrafos, para gente que está metida en el mismo círculo, pero consideramos que la viabilidad de que esto se mantenga no tiene sentido. Nuestra idea es abrir un poco el espectro para entrar a otros espacios. Por ejemplo pronto publicaremos un libro titulado “Orinoco” el cual tiene el mismo número de imágenes como de páginas de texto”, explica Nolte. “El hecho de buscar otros públicos y no permanecer en el mismo circulo endogámico de fotógrafos y editores es una discusión importante. Ya que es algo que no solo pasa en el Perú sino en todos los mercados”.

Acerca del apoyo estatal en cultura que se ha incrementado en el Perú, Nolte sostiene que el fotolibro como formato se encuentra en un limbo, “ya que el fotolibro no pertenece a la categorías de soporte a las artes visuales y tampoco a la de fomento de la cultura”. En cambio, en países como Chile y Brasil sí existe un apartado dedicado a financiar proyectos de fotolibros, lo cual ha incrementado su producción considerablemente. “En esos países hay muchas oportunidades y posibilidades de edición con fondos públicos pero a veces eso puede ser perjudicial. Por ejemplo en Chile se producen muchos libros pero no todos cumplen con la rigurosidad que deberían, ya que hay muchas posibilidades de traducir un proyecto fotográfico en libro. Acá no hay nada aún, lo cual está mal y hay que buscar uno mismo el financiamiento, pero eso también te vuelve más exigente y perfeccionista”.

La metáfora desde lo documental 

En el 2017, Musuk Nolte obtuvo la beca Elliott Erwitt Havana Club 7 (https://www.havana-fellowship.com/es) para crear su más reciente fotolibro, “Sombra de Isla”. Esta obra, según las directrices de la beca, debía retratar la Cuba actual, algo que Nolte logró a través de una mirada artística y poética que partía desde lo documental. “No me interesaba la historia pensada como un espacio de tiempo determinado, quería enfocarme en el territorio desde una mirada más amplia, sin considerar por ejemplo el castrismo o la revolución”, detalla Nolte sobre su reciente trabajo. “Para elaborar las fotografías le di una especie de lectura simbólica al territorio, en donde buscaba retratar a las personas como si fueran islas o al paisaje como si fueran personas, siempre tratando de esquivar los estereotipos”.


“Sombra de isla” de Musuk Nolte.

No obstante, si bien Nolte partió desde una aproximación documental, en donde buscaba historias y hablaba con los habitantes, las imágenes resultantes dialogan en mayor medida con lo introspectivo. “Había un diálogo interno al momento de generar estas imágenes mentales, trataba de salir a la deriva con la intención de revelar una realidad imaginaria”, sostiene. “No buscaba hacer un retrato singular de una persona, ni de una ciudad, más bien sentí que estar en Cuba fue una excusa para hablar sobre la condición humana. Uno debe estar atento a los momentos que te ofrece la realidad, esos instantes fugaces de los que uno tiene que apropiarse para construir su propio imaginario."

Si bien desde un inicio Musuk tuvo la idea de plasmar estas imágenes en un fotolibro, el proceso de creación fue lento, ya que se consideró una producción compleja y sofisticada en términos técnicos.

“Casi todos los proyectos que hago tienen pensada una salida editorial, en este caso opté finalmente con una publicación más modesta y sencilla. Fue muy interesante crear a partir de las limitaciones que me daba el presupuesto”, indica Nolte. “Eso tiene que ver mucho con la feria TINTA, el hecho de buscar los recursos que dialogan mejor con el proyecto, pensando en la autoedición, la autogestión, y lo local”.


“Sombra de isla” de Musuk Nolte.

Musuk Nolte estudió fotografía profesional y luego el Máster Latinoamericano de Fotografía Contemporánea en el Centro de la Imagen de Lima. Su trabajo se desenvuelve entre la fotografía documental y el arte enfocado en temas político-sociales. “En general parto de una práctica documental, que tiene que ver con la realidad, de salir, caminar y encontrar historias. Pero hay una búsqueda deliberada de generar mecanismos de abstracción y transformación de esta realidad”, señala Nolte sobre su trabajo. “Me interesa mucho la atmósfera que puede generar una imagen y como estas construyen narrativas con cierta autonomía, emancipándose de tener que representar la realidad. Uno debe estar atento a los momentos que te ofrece la realidad, esos instantes fugaces de los que uno tiene que apropiarse para construir su propio imaginario”, finaliza.

Añadir nuevo comentario

En Centro de la Imagen utilizamos cookies para poder darte una mejor experiencia.