La muestra Proyecto x2 es el resultado de la primera convocatoria de la galería El Ojo Ajeno para proyectos de exposición de los egresados de la Carrera Profesional de Fotografía del Centro de la Imagen. Se trata de un proyecto que busca dar visibilidad al talento y los intereses de los creadores visuales formados en nuestra institución y también una forma de tomarle el pulso a la creación contemporánea en fotografía a través de una exploración de los intereses de estos jóvenes artistas. En esta primera edición, resultaron elegidos para Proyecto x2 los trabajos Bocetos para una juventud infinita de Alexander Caballero, quien terminó la carrera a mediados del 2016, y Rastro de Katherine Goicochea, egresada el 2010.
Bocetos para una juventud infinita, el trabajo de Alexander Caballero es un proyecto intimista, en el que, a través de un montaje que bien podría considerarse una instalación (35 fotos dispuestas de manera aparentemente aleatoria en las paredes de la sala, de modo que suscitan un juego de libre asociación en la mente del espectador), el fotógrafo nos sumerge en un imaginario marcado por la subjetividad. Son fotografías de su entorno cotidiano, pero el modo en que están tratadas y en que han sido dispuestas en una sala con las paredes pintadas de negro, da la sensación de que nos sumergiéramos en su subconsciente.
En palabras del propio Alexander, el proyecto es “el resultado de mi conexión con la muerte. Una suerte de premonición o despedida adelantada. Una mirada personal e individual a mi caos interno y su relación con mi mundo externo, a los sueños de mi vida pasada y a los del presente. Fotografío mi cotidianidad y mi entorno, entendiendo que fotografiar es terapéutico para mí y me permite librar esa lucha constante con mis miedos, con el aislamiento, la soledad, el deseo diario de no envejecer y de detenerlo todo para ser eterno”.
En palabras de Ibrain Plácido, quien escribió el texto que acompaña en la sala a las fotos de Alexander, “Bocetos para una juventud infinita es un archivo fotográfico de diferentes medios, tanto análogos como digitales. Tal vez la necesidad impulsiva por guardar en imágenes fragmentos de la realidad que nos recuerden que el tiempo, lejos de ser una forma de medir, cuantificar y distribuir la vida, es un proceso continuo y cíclico incontrolable”.
En Rastro, Katherine Goicochea nos presenta una visión documental, pero a la vez personal, de Lobitos, un pueblo de pescadores situado en el norte del Perú que en el último siglo ha convivido con un asentamiento petrolero inglés que luego fue reconvertido en cuartel militar del ejército peruano. Un cambio que para los pobladores significó pasar de tener el primer cine de Sudamérica a ver cómo las construcciones inglesas de pino eran desmanteladas para ser vendidas como madera al peso.
La ruina contemporánea –el patrimonio industrial abandonado– se ha ido convirtiendo en un tema de exploración visual cada vez más recurrente. Hay magia y misterio en una ruina de cientos o miles de años de antigüedad. Una reciente, sin embargo, genera más bien inquietud y melancolía. La razón podría ser que la ruina contemporánea anuncia que algo en nuestra sociedad –y no en una antigua civilización perdida– no anda bien. Que el desarrollo tiene baches, que el progreso a veces retrocede.
Algo de eso hay, sin duda, en el Lobitos que nos presenta Katherine. Y, sin embargo, algo hay en Rastro que escapa a la idea de ruina contemporánea. Si bien se alude a la ruina y al relato del auge y decadencia de Lobitos en la serie de ocho fotos en blanco y negro, de algún modo la mirada de Katherine se aleja lo suficiente como para dejar atrás la inquietud y permitirnos la contemplación. En el video que acompaña a las fotografías, su mirada nos regala tanto la historia como el presente, el tranquilo ir y venir de los días como la explotación petrolera que –con los riesgos y conflictos de siempre– aún continúa. Pero algo en el rumor del viento, el silencio de los algarrobos o el vaivén de las olas ponen todo en perspectiva, como suspendiéndolo en el tiempo.
Proyecto x2 ha venido para quedarse; el éxito de esta primera edición ha reforzado la idea, planteada desde un principio, de hacer una edición anual de esta convocatoria que nos permita rastrear los temas y lenguajes de la creación visual contemporánea en la fotografía peruana. La muestra estará abierta hasta el 3 de noviembre, de lunes a viernes de 9 a.m. a 9 p.m. y los sábados de 9 a.m. a 5 p.m. El ingreso es libre.
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