Parece una pregunta obvia, pero no lo es. En el panorama de las artes visuales contemporáneas, un proyecto fotográfico implica mucho más que una serie de imágenes acerca de un mismo tema. Por eso, el Centro de la Imagen ofrece un taller dedicado específicamente al desarrollo de proyectos fotográficos.
La cultura actual nos inunda con imágenes fotográficas, tanto que casi podría decirse que todo ha sido fotografiado. En un panorama así, para que un proyecto fotográfico destaque, debe convertirse en un verdadero discurso creado a partir de las imágenes: una delicada conjunción entre tema y lenguaje visual que permita a los espectadores comprender algo que está más allá de las fotografías mismas.
Hace poco estuvo entre nosotros la fotógrafa española Cristina de Middel, quien luego de estudiar artes visuales, trabajó mucho tiempo como fotorreportera. Al final, Cristina optó por un camino intermedio entre el arte y el documentalismo y se hizo famosa por su serie Afronautas.
Partiendo de un hecho real, la creación, en 1964, de un programa espacial en Zambia, Cristina creó una serie de imágenes ficticias en las cuales relataba lo que, en su imaginación, podría haber sido ese ingenuo intento de un país tercermundista por entrar en la carrera espacial. El proyecto, en palabras de la propia De Middel, es “una fábula entrañable sobre la persecución de los sueños” que tiene como moraleja “la resignación inevitable ante un mundo y una realidad que concede pocas excepciones a la lógica del mercado y sus potencias”.
Así, lo realmente valioso de Afronautas no son las fotos en sí, sino lo que las fotos nos hacen pensar; en ellas entran en juego nuestras nociones de realidad y ficción, así como nuestros prejuicios (en muchos casos formados a partir de las típicas imágnes de prensa que hemos visto) sobre la realidad de los países africanos.
Es, en el fondo, esa capacidad del relato visual para hacernos pensar en una serie de otras cosas que rodean aquello que aparece en las fotos lo que hace de Afronautas un gran proyecto fotográfico.
Un trabajo así supone mucho más que tomar fotografías. Supone una larga reflexión acerca del tema, un manejo de las convenciones del documental fotográfico, trabajo de documentación, la elección de un lenguaje visual particular, un proceso de edición y un largo etcétera.
Hoy, en que cualquiera puede hacer fotografías más o menos correctas gracias a los avances de la tecnología, son los proyectos fotográficos los que hacen la diferencia, los que nos llevan a comprender realidades que quizá, en ellas mismas, no se pueden fotografiar, pero que la creatividad y la sensibilidad de los fotógrafos logran materializar a partir de la concepción correcta de la imagen como disparadora de la reflexión. ¿Te animas a intentarlo?
Si quieres recibir más información sobre este taller, haz clic aquí.
En Centro de la Imagen utilizamos cookies para poder darte una mejor experiencia.
Añadir nuevo comentario