Viernes 23 de Febrero 2018

Una aproximación humanista a la fotografía

Con una etapa previa en la carrera de fotografía ofrecida por el Instituto Gaudí durante los años 90 y con la actual Carrera Profesional de Fotografía que ofrece desde 1999, El Centro de la Imagen reafirma una exitosa filosofía de enseñanza y práctica de la creación de imágenes a través de la fotografía. Sobre ello conversamos con Flavia Gandolfo, Coordinadora de la Carrera Profesional de Fotografía.

¿Cómo definirías el enfoque de la enseñanza de fotografía en el Centro de la Imagen?

Yo diría que es una aproximación humanista a la fotografía. Y con eso quiero decir que no asumimos la fotografía solo desde su aspecto técnico, sino que la abordamos como una manifestación cultural de gran importancia y que, por eso, debemos acercarnos a ella también desde el pensamiento, desde la mirada cuestionadora, desde la crítica. En ese sentido, los alumnos aprendan que las imágenes no existen por sí mismas, sino que se insertan en una historia, un contexto social y que el modo en que eso pasa ha sido abordado por diferentes disciplinas, como la historia del arte, la filosofía, la sociología, la antropología, etc.


Los proyectos audiovisuales han ido ganando en protagonismo en los últimos años y se han ido integrando a la propuesta educativa del Centro de la Imagen.

¿Y cómo se condice esa aproximación con la práctica profesional que los egresados ejercerán al terminar la carrera?

El modo en que abordamos la formación de nuestros alumnos cubre los aspectos del medio fotográfico necesarios para que se desarrollen en diferentes ámbitos, sea el artístico, el periodístico o el publicitario. Además nuestros egresados salen capacitados para abordar cualquier actividad que tenga que ver con la comunicación mediante imágenes, fundamentalmente fotográficas pero también audiovisuales. Se podría decir que ofrecemos una especie de estudios generales en fotografía, una formación amplia y sólida que te permite luego adentrarte en cualquier campo que quieras desarrollar.

¿Cómo se refleja esa vocación por la formación integral en los cursos que siguen los alumnos de la Carrera Profesional de Fotografía?

En la malla curricular esto se refleja en el hecho de que en cada uno de los seis semestres de la carrera se incluyen cursos sobre historia, cursos de análisis de la imagen, de temas contemporáneos y cursos sobre la relación entre la fotografía y el arte. Todo eso, que se da a lo largo de toda la carrera, se ve plasmado, al final, en el proyecto de titulación que tienen que desarrollar los alumnos para graduarse. La realización de ese proyecto encierra todo el aprendizaje que ofrecemos, pero en la forma de una investigación personal. Creo que de alguna manera eso resume la propuesta y es lo que nos distingue de otros proyectos de formación.


El proyecto de titulación obliga a los alumnos a integrar todos los conocimientos adquiridos durante la carrera y toma las formas más diversas, de acuerdo con la creatividad de cada quien.

El proyecto de titulación es, entonces, la culminación de la carrera, ¿en qué consiste exactamente?

El proyecto de titulación, en rigor, se comienza a trabajar en quinto ciclo, pero en realidad toda la estructura de la carrera está encaminada a dotar a los alumnos de las herramientas necesarias para desarrollar un trabajo de esa naturaleza. Al ser una propuesta autoral –porque son los mismos alumnos los que proponen su tema de investigación y creación–, este obliga a los alumnos a integrar todo lo que han aprendido: lo técnico con lo crítico, los conocimientos sobre historia y teoría, los referentes visuales pertinentes, etc. Como esquema básico de formación, nuestra carrera integra todos esos conocimientos teóricos, técnicos y prácticos. Y creo que el modo en que todo esto se va agregando armónica y progresivamente es nuestra marca distintiva como proyecto educativo.


La sustentación del proyecto de titulación es el momento culminante de la formación en el Centro de la Imagen.

Además de dirigir la carrera, tú tienes a cargo el curso de titulación en el último ciclo. Ya que tienes ese contacto estrecho con los alumnos, cuéntanos qué ves en ellos al llegar a esa etapa, qué habilidades han desarrollado, qué actitudes…

Creo que, a lo largo de la carrera, los alumnos crecen mucho en términos de que adquieren una madurez cuestionadora que les permite ser más rigurosos en lo que producen. De alguna manera, creo que también comienzan a distinguir la profundidad –o falta de ella– de los distintos proyectos y propuestas de otros. Y lo que es sumamente claro es que comienzan a utilizar la fotografía como una herramienta para entender su entorno –sea este el contexto social o los problemas del país, o su ámbito social más cercano–. La creación se convierte en una posibilidad de reflexión. Y eso no es algo difícil de lograr, no es fácil desarrollar proyectos de esa naturaleza, pero es lo que se requiere de cualquier profesional: que sepa cómo abordar los proyectos de manera cabal, desde su concepción hasta su realización, independientemente de la naturaleza del contenido del proyecto. Cuando los ves haciendo eso, te das cuenta todo lo que han avanzado desde su primer ciclo con nosotros.


Desde hace 19 años, la galería El Ojo Ajeno es un referente para la fotografía local y un aporte fundamental a la formación de nuestros alumnos.

Además de la malla curricular, el Centro de la Imagen ofrece una serie de otras cosas que complementan la formación de los alumnos. ¿Puedes comentarnos algo con respecto a eso?

Creo que son muchos los factores que la institución aporta más allá de los cursos mismos. Está el hecho de que los profesores no solo dictan, sino que son creadores ellos mismos: exponen en el circuito local, dan conferencias, publican… Eso es algo sumamente importante. Además, el Centro cuenta con la galería El Ojo Ajeno, que ha sido un referente para la fotografía en nuestro medio los últimos 19 años. Ahí han expuesto algunos de los fotógrafos más reconocidos del mundo, así que es un importante elemento de la formación de los alumnos: cotidianamente pueden tener, en la escuela, exposiciones de fotografía de gran nivel. Y además de los expositores invitados están todos los otros fotógrafos, historiadores y críticos que se vinculan con el Centro de la Imagen de una u otra manera y aportan al ambiente de intercambio de ideas que nos caracteriza. Y hay otras cosas más. Últimamente el área de archivo está atrayendo a buen número de alumnos que comienzan a interesarse por las técnicas antiguas, por la restauración, por la historia y eso les abre otras puertas. Y están también todos los eventos que organiza el Centro: LimaPhoto, exposiciones, festivales etc. Todo eso aporta a que seamos capaces de ofrecer una formación integral y creo que eso nos distingue.

 

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