Por: Oman Morí
La curadora holandesa Babette Warendorf trabaja en World Press Photo desde hace tres años. Durante estas tres ediciones del concurso más prestigioso del fotoperiodismo, ella ha curado e inaugurado la muestra de ganadores en aproximadamente seis países por año. Babette es parte de un grupo de ocho curadores que se reparten 45 países del mundo con este fin. “La exposición World Press Photo viaja a 100 lugares del mundo en 45 países y después de que se hace el concurso yo, junto al equipo de curadores hacemos una exposición de todos los trabajos que han ganado”, comenta Babette. “Mi trabajo consiste en ir a esos lugares, montar la exposición de manera lógica, fluida, y agradable para que el público pueda entender bien el mensaje de las fotografías, para finalmente hacer la inauguración”, explica la curadora sobre su labor. “Personalmente hago entre 10 y 15 exposiciones al año, no solo en Latinoamérica sino en todo el mundo. La muestra viaja desde finales de abril hasta enero del próximo año”, comenta.
FOTO: “La niña que llora en la frontera”, por John Moore, la foto ganadora del año.
Por nuestro lado, y mediante un convenio con el Centro de la Imagen, la exposición World Press Photo ha estado presente de manera consecutiva en Lima, los últimos tres años. Actualmente se encuentra abierta en la Sala Luis Miró Quesada Garland hasta fines de junio. “Nuestra misión es conectar al mundo con las historias que importan, celebrar lo mejor del fotoperiodismo de calidad, y trabajar para que el público pueda ver la realidad que vivimos de manera diferente”, enfatiza Warendorf. La organización basada en Amsterdam y fundada en 1955 también tiene la misión de dar a conocer la importancia del fotoperiodismo en la actualidad. “Nuestro objetivo es también promover el fotoperiodismo en una coyuntura en donde este papel pierde importancia debido a las nuevas tecnologías, queremos demostrar que hay que ser un profesional para encontrar y retratar con agudeza estas historias”.
Actualmente, de acuerdo a la coyuntura social y política global, las fotografías expuestas poseen un mayor dramatismo y crudeza. “Hay imágenes duras este año, es por ello que en mi trabajo curatorial quería mostrar un lado más positivo, fotografías constructivas que nos dan otra mirada sobre un tema. Es por ello que decidí empezar la exposición con un retrato y una foto de Cuba, para que los visitantes tengan ganas de entrar, y así descubran más”.
FOTO: Babette Warendorf durante la visita guiada de la muestra. (Foto: Oman Morí)
El riguroso proceso de selección
La postulación está abierta al público desde diciembre hasta mediados de enero de todos los años, mes en el cual los fotoperiodistas de todo el mundo envían sus imágenes a través de la página web. En la primera edición de 1955 fueron enviadas 300 fotografías, este año World Press Photo recibió casi 80 mil imágenes de aproximadamente 4 mil fotógrafos. “Desde un inicio el concurso ha tenido un enfoque internacional, de hecho hay bastante gente en Holanda que no sabe que la institución es de allí”, comenta Warendorf. Los profesionales de la imagen pueden postular a 8 categorías, cada una de ellas premia una foto individual y una serie de fotografías.
Aparte de eso, normalmente el premio mayor se otorgaba en una sola categoría, la World Press Photo del año, para esta edición por primera vez existe también el premio a la mejor historia del año. “Con esta nueva categoría reconocemos que una historia no se puede expresar en una sola imagen. Lo interesante de este año en que los dos premios abarcaron el mismo tema que es la migración”, sostiene.
FOTO: “La caravana de migrantes”, por Pieter Ten Hoopen, foto de la serie ganadora.
“Todos los años la fundación invita a un jurado independiente proveniente de todas partes del mundo, buscando siempre la mayor diversidad. Los jueces pueden ser editores de foto, curadores, directores de museos, fotoperiodistas, etc, cada año el jurado es diferente”, afirma la curadora. Este grupo de profesionales tiene la dura tarea de revisar 80 mil imágenes en un periodo de dos semanas en Amsterdam, “la primera ronda es ver las fotografías por 2 o 3 segundos, en las rondas siguientes comienzan a escuchar los textos y las historias. El jurado se fija en dos cosas: primero la fotografía debe ser estéticamente impresionante, tiene que resaltar. En segundo lugar esta debe tener una historia relevante detrás, una foto bonita no es suficiente”, afirma Warendorf.
FOTO: “Akashinga, las valientes”, por Brent Stirton
“En cada edición le damos al jurado una lista de preguntas para que diluciden de qué manera la fotografía comunica respecto al tema que representa. Este año el jurado lo tomó muy en serio, tuvieron muchas discusiones respecto a cuales temas eran los más importantes”. Detalla Babette sobre las particularidades de esta edición, “Es por ello que esta exposición ha resultado un poco diferente, ya que da espacio a imágenes que antes no habíamos visto, más conceptuales o artísticas”, comenta.
La manipulación fotográfica
Aproximadamente, entre series de imágenes y fotografías individuales, 300 son las fotos premiadas, pero para seleccionarlas el jurado ejerce un estricto control. “La revisión de las imágenes de World Press Photo es más profunda que cualquier otro concurso de fotoperiodistas en el mundo. Una vez que una imagen pasa a la penúltima ronda, pedimos al fotógrafo que nos envíe la imagen en formato RAW para compararla con la foto en postulación. Ahí nos damos cuenta si ha habido alguna manipulación, ya que está prohibido agregar o quitar información de la imagen, photoshop no está permitido”.
FOTO: “Cosechando piernas de ranas”, por Bence Máté
En ediciones previas han habido fotógrafos que han sido descalificados por cometer esta falta. Igualmente sucede cuando la fotografía no está manipulada pero la información tiene rasgos de falsedad. “Así como analizamos técnicamente a la imagen, también hacemos una investigación de la veracidad de los textos y las historias allí mostradas. Tratamos de que los textos sean los más neutrales posible”. “Lo más importante es mostrar fotoperiodismo de calidad en donde el publico pueda confiar en la imagen y la historia detrás de esta”, subraya.
Babette Warendorf tiene tres años viniendo a Lima para montar e inaugurar la exposición, pero afirma que hace varios años no hay un ganador peruano (desde una imagen de Esteban Félix en el 2013). “Hace un buen tiempo no tenemos un ganador del Perú en el concurso, para mí sería un honor venir a abrir la exposición con un ganador peruano. Mi mensaje para ellos es que postulen para así visibilizar las problemáticas y las historias de este país”, culmina la curadora.
FOTO: “La tierra de los Ibeji”, por Bénédicte Kurzen y Sanne de Wilde
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