Entrenar el ojo

Para nadie es un secreto que Photoshop es una herramienta indispensable en el trabajo de todo fotógrafo. Lo que muchos no saben, sin embargo, es que la gran difusión del programa y la gran cantidad de tutoriales que se encuentran en Internet ha dado pie a que muchos se acerquen a esta herramienta de manera intuitiva, lo que puede generar nuevos problemas, incluso tantos como los que el programa mismo permite resolver. Es por eso que una aproximación sistemática al uso de Photoshop se hace indispensable para cualquier fotógrafo que quiera trabajar seriamente.

Precisamente a eso está dedicado el taller de Photoshop del Centro de la Imagen. Para Ike Ishikawa, profesor del taller, “Hay formas en que trabajar los archivos de fotos de manera que estos no se deterioren. El trabajo de calibración y retoque en capas debe seguir un orden para evitar distorsiones, la aparición de ruido digital y la generación errada de píxeles”.

El taller, entonces, está destinado a ofrecer a los alumnos una dinámica de trabajo que haga verdaderamente funcionales las herramientas del programa, como la calibración de luces y sombras, la corrección de color, el retoque, los efectos, los ajustes de tamaño y resolución, etc. “Todas son medidas imprescindibles para llevar adcuadamente el archivo a su soporte final, digital o impreso, pues ambos tienen sus propias características”, explica Ike.

El taller comienza con una introducción al uso de otro programa: Camera RAW, con el que se recupera el archivo fotográfico en su formato original, se calibra y se prepara para el trabajo posterior en Photoshop. Luego, siguiendo una estructura de trabajo, se puede abordar el proceso post fotográfico que permite no solo mejorar las imágenes, sino inclusive corregir errores en el momento de la toma.

“Muchas veces no podemos volver a hacer una foto: el momento que capturamos no se va a repetir, entonces hay que echar mano de las herramientas que nos ofrece Photoshop. Afortunadamente, el programa permite mejorar la imagen de manera considerable: desde el reencuadre a la recuperación de información dentro de la imagen o la calibración de color”, explica Ike. “Al final, no se trata solo de aprender a usar una herramienta, sino de entrenar el ojo para detectar unas serie de aspectos, a veces muy sutiles, que se pueden mejorar en cada foto”.

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